EL PROYECTO.
MOTIVACIONES Y CIRCUNSTANCIAS.
Si se toma en consideración el breve periodo de tiempo que Orozco utilizó su Casa-Estudio de la calle López Cotilla (apenas veinte meses), y se contrasta con el enorme esfuerzo que le supuso edificarla, no quedan claras a simple vista las razones por las cuales el afamado muralista decidió emprender su construcción.
Según algunos autores, el pintor tenía pensado quedarse a vivir en Guadalajara, ya que le gustaba mucho su clima y tranquilidad. Independientemente de que Orozco tenía, efectivamente, una especial predilección por esta ciudad, estas versiones son poco creíbles a luz de los siguientes hechos:
– La Casa-Estudio en López Cotilla, fue proyectada más bien como Taller-Dormitorio temporal para el pintor, ya que el programa arquitectónico no contemplaba habitaciones para sus hijos (Clemente, Alfredo y Lucrecia). Hasta donde tenemos información, la familia Orozco-Valladares siguió viviendo en la Ciudad de México durante el periodo de ejecución de los tres murales de Guadalajara. Solo durante las vacaciones de la escuela, la familia venía a Guadalajara a visitar a su padre y esposo.
– Orozco adquirió prácticamente de manera simultánea los terrenos de la calle López Cotilla en Guadalajara y de la calle Ignacio Mariscal en la Ciudad de México, este último, lugar donde sí tenía pensado vivir con su familia. Lo anterior se deduce de una carta que le envía a su esposa Doña Margarita Valladares, con fecha del 11 de Noviembre de 1937 (unos meses antes de que estrenara la Casa-Estudio de López Cotilla), en la cual le expresa, entre otras cosas, lo siguiente:
…ya he pensado que lo mejor es hacer casa para la familia en el terreno de allá [Ignacio Mariscal] en vez de puro estudio. Este puede quedar en el 2° piso, con entrada totalmente independiente. Luego que salga yo de esto, la emprendemos allá con la construcción. A ver si para el segundo semestre del año que entra la ocupas con los chicos. Se pueden hacer muy bien 4 recámaras y 3 baños aparte de los servicios y el estudio. Ya verás…1
¿Por qué entonces emprender la construcción de la Casa-Estudio de López Cotilla? Con base en la información a la que se ha tenido acceso, se formula la siguiente hipótesis:
Orozco tenía muchos años imaginándose su “Estudio-Ideal”, un espacio diseñado ex profeso en el que pudiera realizar de manera óptima su obra chica (caballete, grabado y dibujo). Sobre este punto en particular conviene revisar la narración que hiciera Alma Reed respecto a un regalo de cumpleaños que el pintor recibiera durante su estancia en Nueva York, de parte de su madre, la Sra. Rosa Flores:
Uno de esos aniversarios, lo recuerdo, su regalo fue una alegre pintura (pintada por ella) en seda, de una casa, alta y de anchas ventanas, con el sol mexicano lanzándole sus rayos, y palmeras hermoseando ambos lados del arco del Zaguán. Estaba rotulada con un letrero preciso y bien formado: “El estudio ideal de mi hijo”.2
Su estancia en Guadalajara (de 1935 a 1939) representaba una oportunidad única para que el afamado muralista “construyera” por fin su “Estudio-Ideal”. Varias motivaciones y circunstancias se alinearon para que esto fuera posible.
a) Desde su llegada a Guadalajara, y hasta que ocupó su Casa-Estudio, Orozco no disponía de un espacio donde pudiera trabajar obra de menor escala, limitándolo a los trabajos de pintura mural. El mismo Orozco lo menciona en una carta que le enviara a la promotora de arte Inés Amor, con fecha del 20 de enero de 1938, en lo que señala lo siguiente:
…Hasta ahora solo he estado haciendo el trabajo de los muros [murales], pues no contaba con un estudio apropiado para hacer pintura chica y por eso tuve la idea de emprender la construcción de dicho estudio [López Cotilla], el cual está ya prácticamente terminado. La semana entrante lo ocuparé y podré usarlo… 3
En una carta posterior, con fecha del 18 de diciembre de 1948, dirigida a don Justino Fernández, el muralista destaca la importancia que para él significaba contar con un espacio adecuado para la pintura:
…tanto para los estudios de la bóveda, como para los otros trabajos que quiere el gobernador, es necesario un estudio, y como no los hay en Guadalajara, hay que construirlo, como la vez pasada tuve que construir el de López Cotilla y que tuve que vender. En un cuarto de casa común y corriente, es imposible hacer pintura de alguna importancia. Es cuestión de necesidad, simplemente. 4
Para Orozco, resultaba imprescindible un espacio apto para la producción de su “obra chica”. La construcción de la Casa-Estudio de López Cotilla estaría principalmente motivada por la necesidad de tener a su disposición un lugar idóneo para trabajar su obra de menor escala, y de no limitarse únicamente a la pintura mural.
b) Por recomendación del arquitecto Luis Barragán, adquirió, con algunas facilidades, un predio con la orientación que requería para su nuevo estudio (Norte-Sur), ubicado en la recién inaugurada urbanización que se desarrolló en los terrenos de la Ex-Penitenciaria de Escobedo, muy cerca del centro de la ciudad y de los edificios donde tenía que pintar los tres murales ya citados.
c) Su estancia permanente en la ciudad de Guadalajara le permitiría participar de manera directa en la elaboración del proyecto arquitectónico de su Casa-Estudio, el cual, además de cumplir con los requerimientos espaciales y funcionales dictados por él, debería también expresar su muy particular visión sobre el aspecto formal de la finca.
d) Para la realización de esta aventura, Orozco contó con el apoyo de dos personajes locales que resultarían claves para la cristalización del proyecto.
En primer lugar, su joven amigo Luis Barragán, quién, junto con su hermano Juan José, recién habían concluido en la misma zona el diseño y construcción del Parque de la Revolución, además de llevar a cabo, en las manzanas aledañas al citado parque, la construcción de varias casas habitación para renta y venta.
En segundo lugar, el también joven ingeniero jalisciense Rafael Urzúa, que seguramente conoció a Orozco por Barragán, quien además, tuvo trato personal con el destacado muralista, ya que como titular de la Sección de Construcción y Arquitectura de la oficina de Obras Públicas del H. Ayuntamiento de Guadalajara, fue el responsable de rehabilitar la cúpula del hoy Paraninfo de la Universidad para dejarla en condiciones de realizar en ella los trabajos de pintura mural.
Por lo menos otras dos personas tuvieron en común Orozco y Urzúa: en primer lugar, el pintor León Muñiz, que fue ayudante del muralista y también amigo cercano a Urzúa, a quien le diseñó su casa en la Av. De La Paz n° 1390. En segundo lugar, el ingeniero Heliodoro Rojas, responsable por parte del Gobierno del Estado de contratar al artista y que fue compañero de Urzúa en la Escuela de Ingeniería.
Tanto Barragán como Urzúa fueron partícipes en el auge de desarrollo que tuvo esta zona de la ciudad a mediados de la década de los treinta. Gracias a la intensa actividad profesional en los ramos de diseño y ejecución de proyectos que dicho auge significó, contaban con una sólida red de proveedores y personal de obra, con la cual, seguramente, apoyaron a Orozco cuando acometió la construcción de su Casa-Estudio.
e) La construcción de su “Casa-Estudio” representaba, también, la oportunidad de llevar a la realidad su muy particular y avanzada visión de la arquitectura mexicana.
No olvidemos que la arquitectura jugó siempre un papel relevante en la obra de Orozco. Tanto en sus murales como en su obra chica (principalmente en sus grabados), realizó numerosos ejercicios de abstracción de la arquitectura popular de nuestro país. De estos ejercicios destaca sin duda en primer lugar su cuadro denominado “La Casa Blanca”, un óleo sobre tela de 64×76 cm, que pintara en México en el año de 1922 (aunque algunos autores la datan tres años después) y que Orozco llevó consigo junto con otros cuatro cuadros en su viaje a Nueva York (1927 a 1934).
Un paraje desolado en claroscuro, un árbol sin follaje sobre una tierra árida y tres siluetas que parecen alejarse asustadas son el marco de una solitaria vivienda, representada por un cubo blanco en perspectiva, un volumen limpio, de techos planos, desprovista de ventanas, solo interrumpido en su sobriedad por el vano de la puerta. El proyecto de una arquitectura austera, honesta, mexicana y moderna.
La imagen de este enigmático cubo blanco estuvo presente durante muchos años en la mente y obra de Orozco, inclusive años después de que por fin lo construyera en la planta alta de su Casa-Estudio de López Cotilla, y lo repitiera en la azotea de su Casa-Estudio de la calle Aurelio Aceves n.° 27 de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.
De la misma forma, la imagen de este volumen limpio de “La Casa Blanca” le sirvió de base para la realización de su famoso grabado denominado “Casas y Grupos de Mujeres” (Mexican Pueblo), que realizara en la ciudad de Nueva York en el año de 1930. Este cuadro sin duda influyó mucho en el diseño de la Casa-Estudio de la calle López Cotilla, así como en la obra posterior de Luis Barragán.
f) Realizar la construcción de su Casa-Estudio de la calle López Cotilla le ofreció a Orozco la oportunidad de incorporar al proyecto todos aquellos conceptos sobre arquitectura moderna asimilados en sus frecuentes charlas en la Ciudad de Nueva York con su amigo, el prestigiado arquitecto vienés Frederick Kiesler.
Fue Orozco quien presentó a Kiesler con Luis Barragán y está documentado por varios autores que, durante la estancia de Barragán en Nueva York en el año de 1931, participó, a invitación de Orozco, en varias de estas charlas sobre arquitectura moderna.
g) Es probable que cuando José Clemente Orozco llegó a Guadalajara en el año de 1935, estuviera ya enterado o incluso conociera físicamente la casa-estudio que entre los años de 1931 a 1932 el arquitecto Juan O’Gorman diseñara y construyera para sus amigos los pintores Diego Rivera y Frida Kahlo, ubicada sobre la calle Las Palmas (hoy calle Diego Rivera), esquina con Altavista, en la Colonia San Ángel Inn de la Ciudad de México.
Lo anterior pudo ser también, sin duda, una motivación adicional para que el muralista jalisciense se decantara por construir su Casa-Estudio de la calle López Cotilla, ya que podría entonces contrastar el proyecto funcionalista con marcada influencia de Le Corbusier del binomio O‘Gorman-Rivera con la propuesta de abstracción y modernidad realizada por la dupla Barragán-Orozco, esta última más influenciada por Kiesler y Loos.
La estadía de Orozco en Guadalajara significó la concurrencia de una serie de condiciones que favorecieron la concreción de las ideas e incursiones que había ido formando el artista en torno a la arquitectura. Las amistades que sostuvo Orozco con personajes importantes en el medio de la arquitectura resultaron imprescindibles, tanto para el desarrollo de ideas relativas a la arquitectura moderna, como para proporcionar el conocimiento técnico y redes de proveedores y personal. El resultado sería la construcción de la Casa-Estudio de López Cotilla.